
Si actualizamos su pensamiento integrándolo a los avances actuales en los distintos campos de las ciencias, se comprueba la vigencia de sus tesis principales que, en general y con obvios matices históricos, continúan vigentes.
Su método dialéctico basado en el análisis concreto de la situación concreta permitió, como decía Engels, que Marx haya logrado aquello que tanto admiraba en su maestro Hegel: "ser la mente más universal de su tiempo". Ese, es también nuestro desafío.
Ser social: Marx consideraba que los seres humanos son fundamentalmente seres sociales, es decir, que nuestra existencia y desarrollo están inseparablemente ligados a la sociedad y las relaciones con los demás: la cooperación es uno de los signos distintivos de nuestra especie. Ser histórico: Marx sostenía que los seres humanos somos seres históricos, es decir, que nuestra existencia y conciencia están condicionadas por la historia y las circunstancias sociales y económicas en las que vivimos, que configuran relaciones de poder en las que estamos inmersos y de las que somos producto. Ser productivo: Marx consideraba que la producción y el trabajo son esenciales para la existencia humana. Los seres humanos producimos y transformamos la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades y deseos, con la capacidad distintiva de poder proyectarnos en ella.