En los océanos, la radiación ultravioleta procedente de la luz del Sol es el principal agente que degrada el plástico y la acción de oleaje acelera este proceso, sin embargo no lo descompone, sino que solamente va generando que los fragmentos más grandes se rompan en trozos más pequeños, creando los llamados microplásticos. No es tan fácil estimar el tiempo que tardan los plásticos en biodegradarse en los océanos, pero se considera que es un proceso mucho más lento que en tierra, ya que con frecuencia quedan enterrados por arena o cubiertos por algas, provocando que tengan menos exposición a la luz solar, disminuyan la temperatura y el oxígeno, lo que retrasa su degradación.
Cambiar las leyes para prohibir la venta de plásticos de un solo uso es únicamente el primero paso para disminuir el problema de la contaminación. Como consumidores debemos tomar conciencia sobre la importancia de reducir su uso, por ejemplo, usando utensilios de cocina que se puedan lavar a bolsas de tela en el supermercado, además de no tirar basura.