El problema de vivir en marte no será el aburrimiento, tampoco la falta de oxígeno. Los astronautas enfrentarán riesgos mayores por exceso de trabajo, o por una avería en sus vehículos. Estos son algunos de los hallazgos obtenidos a partir de las misiones simuladas en Isla Devon, una roca estéril en el Ártico canadiense, donde el frío y el aislamiento se aproximan a lo que los exploradores podrían encontrar en el Planeta Rojo.
En el verano siete voluntarios de EUA y Canadá pasaron cuatro meses en Devon, en lo que fue el simulacro más prolongado de este tipo. Con el auspicio de la sociedad de Marte, los voluntarios vivieron apretujados en un cilindro de dos pisos, consumían comida deshidratada y congelada, además llevaban a cabo experimentos; además, usaban trajes espaciales para trabajar en el exterior y se bañaban poco. La prueba puso de manifiesto las enormes cantidades de agua que requerirá una misión a Marte, y lo abrumador que pueda resultar el estrés en un ambiente extraño.