Autor: Susan Whitfield
Editorial: Paidós
Durante los primeros mil años después de Cristo, innumerables mercaderes, misioneros, monjes, mendicantes y militares viajaron por la vasta red de caminos de Asia central conocida como «la ruta de la seda». Esta ruta conectaba Europa, la India y el Lejano Oriente y atravesaba muchos países y asentamientos, desde la espléndida ciudad de Samarkanda hasta las más pequeñas aldeas del desierto. Los comerciantes compraban y vendían ámbar del Báltico, lapislázuli de Afganistán, seda de la China y lana de las estepas de Mongolia. Los monjes budistas itinerantes, los sacerdotes maniqueos persas, los zoroastristas y los cristianos nestorianos buscaban conversos entre los habitantes del desierto. Y los narradores de historias, los acróbatas, los músicos, los bailarines, las cortesanas, los adivinos, los vendedores ambulantes y los hacedores de milagros exhibían sus habilidades en mercados y templos.
Este libro narra las vidas de algunas de estas personas y de las ciudades de Asia central en las que vivieron desde los siglos VIII al X. Basándose en fuentes contemporáneas a la época en cuestión y mediante la utilización de apasionantes historias reales, demuestra que, mientras Europa se hallaba aún sumida en lo que se denomina la «edad oscura», algunos emperadores que poseían toda suerte de lujos, con una gran tradición artística y científica, luchaban entre sí por el control de la mayor ruta comercial de la historia. Una ruta, en fin, que acabó eclipsada por el comercio marítimo y de la que hoy en día apenas quedan algunas ciudades en ruinas y cubiertas de arena, cuyos habitantes vuelven ahora a la vida gracias a las inigualables dotes narrativas de Susan Whitfield.